Mano a mano con Traverso


Hola amigos. Aca les dejo una nota que hizo el flaco Traverso con un periodista de Diario Ole. De rally no hablan, pero hablan de automovilismo en general, y esta bueno. Me adhiero en muchas cosas que dice:


Hoy como ayer. A los 57 años y a casi tres de su retiro como corredor, Juan María Traverso no esquiva tema. Y en cada respuesta deja una sentencia.


-¿Qué opinás del escándalo de Max Mosley?


-No queda bien meterse en la vida personal de la gente. Pero si algo de lo tuyo trasciende y ocupás un cargo público, tenés que irte. Y a lo de Mosley lo conoce todo el mundo. Se equivocó. Le hace mal al automovilismo que se mantenga al frente de la FIA.


-¿Qué pasaría si le ocurriera lo mismo a un dirigente argentino?


-Puede pasar, ¿por qué no? Puede ser homosexual también...


-¿Tenés problemas con los homosexuales?


-No, para nada. Los acepto, como debería hacer toda la sociedad. No tengo amigos homosexuales, pero estoy seguro de que hay muchos pilotos que lo son. Y está todo bien. Mirá que no va a haber algún homosexual si hay 18.000 pilotos en la Argentina... El problema es cuando hay ladrones, faloperos o borrachos...


-¿Cómo?


-Y claro, ahí sí estoy en contra. Si un piloto necesita droga para correr o tomarse una botella de vino, primero que todo, es flor de cagón. Y segundo, un peligro para sus colegas.


-Lo decís con bronca...


-Sí, porque estoy al frente de la Asociación Argentina de Volantes y si un tipo se muere infartado o se mata porque le pegó uno que está pasado de alcohol, lo pagamos nosotros. Se deberían hacer más controles antidoping o de alcoholemia. Correr en autos no es como jugar a la pelota.

-Se hacen controles...


-Pero no sirven. Siempre discutí que el control antidoping del automovilismo debe ser distinto al de los Juegos Olímpicos. Porque un piloto se pone gotas en los ojos para los gases. Y tienen efedrina... Y otro toma una aspirina para el dolor de la columna, por la butaca. Y eso te salta en el control. Creo que debemos atacar otros problemas. Yo puteo contra los que se comen un asado con una jarra de vino y salen a correr una carrera zonal. Eso es un peligro. Además, los chequeos médicos son flojos. Cuando iba yo, el oftalmólogo me pedía un autógrafo, me comentaba la carrera del domingo y me firmaba el permiso. De revisarme, ni en pedo.


-¿Cómo ves la actividad?

-Pasada de show, pero tiene que haber un límite. Cuando pusieron el lastre empezaron a estropearla. Yo venía ganando y tenía que levantar para salir cuarto. En OCA me pagaban para salir campeón, no para ganar carreras... ¿Sabés las veces que levanté? Hoy, el automovilismo está pasado de show. Si algún piloto tiene que ir a "Bailando por un sueño", estamos al horno... Se pasaron de rosca. Pero ojo, el mundo es redondo. Todo vuelve. Ya en la Fórmula 1 les volvieron a dar pelota a los pilotos: les sacaron el control de tracción para que manejen los que saben. Es un buen indicio. Tenemos que volver a pensar que los 22 ó 25 mejores del mundo tienen que correr en F-1. Hoy, hay 500 que se pueden subir. Son todos iguales. El sistema los aniquila. El corredor perdió su lugar. Antes, James Hunt se despedía al subir al auto, sabía que podía no volver. Esos tipos tenían tres huevos.

-Pero llegó Tinelli al TC. ¿Creés que no es bueno?

-Cuando yo corría, el TC tenía empresas grossas. Estaban los equipos oficiales Ford, Chevrolet, Chrysler y el de IKA. La petroleras, las tabacaleras... Como las perdió, ahora las quiere recuperar. Ojo, yo habría hecho lo mismo si hubiese sido presidente, arreglaba con Tinelli. Pero mejoraba la categoría y se la vendía cinco veces más cara.

-¿Qué pensás de las fechas especiales?

-Me confundió un poco el TC. Primero dijeron que no necesitaban carreras especiales. Pero ya pusieron una, en San Luis. Y dijeron que van a hacer dos más. El que inventó las carreras diferentes fue el TC 2000, con los 200 Kilómetros de Buenos Aires, el óvalo, los callejeros, las pruebas nocturnas... Cuando escucho que el TC puede ir a un callejero a Mar del Plata o armar otra vez un semipermanente, me da risa. Es una ridiculez. No sólo porque con 50 autos no entran en un callejero. También porque sólo el 20% de los pilotos es bueno. El 30% es aceptable y el otro 50% ni siquiera tendría que tener carnet para manejar en la ruta. Ahí estoy con Aventin cuando dice que el TC no puede correr en Potrero de los Funes. Sabe por qué lo dice...

-Estás peleado con él...

-No. El Puma es el mejor dirigente. Tiene defectos y virtudes, como cualquiera, pero su trayectoria lo hace el mejor. Si hacemos un podio, Aventin está primero y Pablo Peón, segundo. El resto no existe. Urtubey (Top Race) y Paoletti (TN) pelearían el puesto 20°.

-¿Estás de acuerdo en seguir una carrera si hay una muerte?

-No, para nada. Sea un pilotoo un tipo del público. Cuando murió el chico de F-Renault, en Río Cuarto (2002), me peleé a muerte con dirigentes del TC 2000 que decían que el show debía seguir. ¡Había 200 personas llorando en boxes! Cuando alguien muere, la carrera de autos es el 0,000000%. No entiendo a los alpinistas profesionales a los que, en pleno ascenso, se les muere uno, lo entierran en la cima y siguen. ¡Qué pelotudos! Cuando se mató (Raúl) Petrich, los de la ACTC me vinieron a preguntar qué hacíamos. Yo había cargado el auto y me estaba yendo.

-¿Falta más seguridad en el automovilismo local?

-El automovilismo es riesgoso y los pilotos lo tienen que asumir. Los que no lo asumen son simples choferes: corren cagados en cada vuelta. El resto, pocos, son buenos pilotos. Los mejores son Ortelli, Fontana y el Gurí Martínez. A pesar de que tuve problemas con los tres, son los mejores. Lo que me preocupa es que los pilotos hablan de la seguridad de ellos: que una chicana, que la jaula del auto, que los toques, que las vías de escape... Y nadie se está preocupando del público. Hoy, el espectador está desprotegido.
Fuente: Diario Ole

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